Bares y restaurantes taurinos del Ensanche bilbaíno
Una vez en el Ensanche bilbaíno el establecimiento hostelero más famoso era el Bar Lladito(C/ Colón de Larreategui); propiedad de un antiguo banderillero y modesto empresario taurino, nacido en Zamora, en el que su esposa Conchita se encargaba de la jefatura de cocina. Una de sus especialidades mas apreciada eran las Ancas de Rana albardadas.
No muy lejos de allí, se encontrabaLa Goleta, (Ibáñez de Bilbao), a cargo del famoso hostelero Casto Artajo, que en los pasados años sesenta gozaba de una gran popularidad como punto de cita de los aficionados a los toros.
Y camino de Vista Alegre, el primer establecimiento que se encontraban los taurinos era el Koki, (Hurtado de Amezaga, 4),propiedad de un antiguo empleados del hotel Excélsior. Su restaurante, en el primer piso, gozó de una fama merecida, el cual se completaba una concurrida cafetería.
Solo un poco más arriba de la misma calle, en La Alcazaba (Hurtado de Amezaga, 6; esquina con Luchana); que posteriormente se convertida en uno de los eslabones de la cadena de cafeterías Toledo, que abrió sus puertas en 1942. Sus instalaciones se completaban con un bar Americano y ”restaurante de primer orden”, según rezaba su eslogan publicitario.
A comienzos de 1936, en la sala de fiestas yTerraza, posteriormente bautizada como el nombre de May-Pu, se promovió un homenaje a Jaime Noain, cuando estaba comenzando su ascensión a los cielos taurinos.
Y entre los restaurantes de esta misma época, destacaba elFaisán de Oro(Hurtado de Amezaga); que años después se trasladó -con igual calidad y éxito de público- a Gernika.
No muy lejos de esta rauta el Bar Olaeta (C/ Autonomía), en los años veinte, acogía entre la presencia de algunos veteranos aficionados a los toros, entre los que se encontraba al padre de los hermanos Torquito,así como a Muñagorri y Recajo, además de Ortega, un ex novillero y posteriormente propietario de un taller especializado en la construcción de mostradores de acero para bares y cafés.
Y, ya en la vecindad de la plaza, se encontraba el Bar Vista Alegre, (C/ General Concha, 34), también conocido con el apellido de su propietario, Amorrortu, que contaba con accesos a través de las calles Autonomía y General Concha, y en el que se congregaba la gran marea de aficionados a los toros los días que programaban corridas.
Igual que en El Cocinero (Particular de Zurbarán, 2), durante los años sesenta el lugar que escogía la familia Chopera, para agasajar a sus colaboradores con un convite al finalizar la Semana Grande.