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Marketing taurino. Biblioteca Carriquirri

Marketing taurino

Biblioteca Carriquirri

En los tiempos que corren somos muchos los aficionados a la fiesta de los toros que  echamos  en falta una Biblioteca Nacional de Literatura Taurina, o una sección similar en alguna de las grandes instituciones bibliotecarias publicas, nacionales o autonómicas. No se entiende muy bien porqué en un País con una tradición taurina que se pierde en la noche de los tiempos  no existe un organismo cultural de  estas características, de manera especial en ciudades tan taurófilas como Madrid, Valencia, Córdoba o Sevilla. Especialmente, porque la literatura taurina es una de las columnas básicas sobre la que se inspira y sustenta  la lidia de ganado bravo (junto a la escultura, la pintura, la poesía, la música…), la cual debiera servir de poderoso imán con el que atraer a nuevos aficionados a las corridas de toros fieros.

 

Lo que no quita para ya que exista una biblioteca de estas características privada y sobresaliente: la de Carriquirri, en la calle Génova de Madrid, que también cuentan con una magnifica colección de cartelería de igual inspiración en las cercanías de Mérida; gracias a la iniciativa  de un hombre lleno de sensibilidad y afición a la fiesta brava: Antonio Briones Díaz. No es aventurado afirmar que el empresario riojano cuenta con un tesoro de un valor ,económico y literario, incalculable: tanto en lo que se refiere al numero de volúmenes como a la calidad, variedad y antigüedad de los mismos.

Sintetizar en una columna sus numerosos tesoros bibliográficos resulta una misión imposible, entre otras causas porque su colección de referencia taurómaca no para  de incrementar su numero de ejemplares. La Biblioteca Carriquirri es, probablemente, la antología de literatura taurina más importante del mundo. La cifra exacta de los fondos que alberga la Biblioteca madrileña se sitúa en alrededor 30.000 unidades; entre libros, folletos, tauromaquias gráficas, grabados, revistas, manuscritos, cartelería, programas de mano, fotografías, postales, boletos, videos… y muchos otros objetos inspirados en la fiesta de los toros.

Para comprender la magnitud de esta Biblioteca basta aseverar que la obra literia más antigua que en ella se conserva está datada en 1.559. Entre las numerosas joyas que atesora destaca una tauromaquia de Goya, primera edición, de 1.816. El bibliófilo y escritor, José María Sotomayor, es quien conduce con mano de seda este espacio en el que se rinde culto a la literatura de inspiración taurómaca.

La  de  Carriquirri es una Biblioteca llena de tesoros, de libros, de todas las épocas y escritos en los más varios idiomas. Un escenario, que debiera formar parte de la oferta de actividades culturales complementarias de Las Ventas. Pues es obvio, que  sí contásemos con políticos con sensibilidad taurina, y en Madrid se supone que hay unas cuantos, la de Carriquirri debiera formar parte de la Biblioteca Taurina Nacional. Lo menos que se merece es convertirse en un espacio abierto a los aficionados de a pie y especialistas taurófilos.

Antonio Fernández Casado

Marzo, 2015

Editorialacatedra@editorialacatedra.com