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Marketing Taurino. E-mail marketing

Marketing taurino

 

 E-mail marketing

 

Cuentan algunos especialistas que el  e-mail marketing es una de las técnicas comerciales mas efectivas para incrementar el volumen de ventas, mediante la utilización de bases de datos de correos electrónicos. Se diferencia del marketing tradicional en que permite el envío de ofertas personalizadas a la medida de cada uno de los segmentos de mercado, de acuerdo con las características comunes a cada uno de ellos. El coste medio de este tipo de envíos es muy bajo. Por contra, los resultados que se pueden obtener se pueden medir de inmediato;  junto a la capacidad real de poder testar el éxito del envío de este tipo de ofertas y promociones.

 

Se supone que esta técnica marquetiniana también se puede aplicar a la venta de los boletos taurinos. Salvo que se demuestre lo contrario, no hay una sola empresa taurómaca que de manera habitual utilice esta estrategia comercial  con el objetivo de incrementar el numero de espectadores a los festejos. Una debilidad mas de la mayoría de  los plazas y correspondientes sociedades gestoras: siguen en las catacumbas de la gestión empresarial moderna.

 

Soñar con una base de datos de  todos  los aficionados a los toros es una quimera. Lo que no debiera impedir que las empresas intentasen conseguir, al menos, los correos electrónicos de los abonados a sus ferias; objetivo que no debiera parecer imposible. Lo habitual debiera ser disponer de una base de datos que recoja las direcciones electrónicas de cada uno de los abonados a las principales plazas de toros, los cuales se podrían intercambiar -derecho de privacidad aparte-  entre las empresas  para incrementar  el numero de asistentes a las mismas. El e-mail marketing tendría unas funciones muy similares una a las que ofrecen las tarjetas de fidelización de clientes. En este caso, enfocada al colectivo de aficionados a los toros; la cual -entre otras ventajas- sería valida para obtener descuentos en los precios de las entradas, y otras ventajas promocionales, en las plazas que se adhiriesen al programa.

 

Un segundo objetivo de obligado cumplimiento debiera ser contar con las bases de datos y correos electrónicos de los socios de las peñas y clubes taurinos -españoles y foráneos-, caladeros en los que se debieran pescar nuevos espectadores de la Fiesta. La inversión que habría que realizar es mínima, con independencia de que es muy sencilla la externalización de los envíos y posterior seguimiento en alguna empresa especializada.

 

Y, una vez que contásemos con las bases de datos de todos los  abonados y  peñistas taurinos, el siguiente paso, debiera ser  conseguir las direcciones electrónicas de los miles de ocasionales espectadores. Tampoco seria tan complicado sí se les ofreciese algún descuento u otra  ventaja promocional.

 

Que las empresas intenten utilizar esta moderna herramienta de gestión empresarial para aumentar el numero de asistentes a los festejos taurinos no parece tan complicado, aunque soñar no cuesta dinero.

 

Antonio Fernández Casado

editorialacatedra@editorialacatedra