- Joselito El Gallo y su paso por la plaza de Bilbao
- José Gómez Ortega “Joselito” (Gelves. Sevilla, 1895) representa la estampa de la Tauromaquia moderna, con mayúscula, vestida de luces. Joselito era el hijo menor de Fernando EL Gallo. Tratado viviente de la Tauromaquia, según expresión de Curro Meloja. Sus conocimientos sobre la lidia de reses bravas los mamó en los pechos de su madre, la señora Gabriela. Joselito fue un torero precoz. Desde temprana edad practicó la Lidia con una gran naturalidad y sin esfuerzo aparente. Como quien aprende a comer. José Gómez fue un torero completo. Un catedrático en Tauromaquia. Miembro único de la escuela sevillana –el polo opuesto y a la vez complementario a Juan Belmonte-, un torero de brazos y facultades.
- “Joselito” se enfrentó a veinticinco corridas de toros y cuatro novilladas en la bilbaína plaza de Vista Alegre, donde estoqueó cincuenta astados y cortó veintidós orejas y un rabo. En ocho ocasiones frente a encierros de Miura. Quince tardes hizo el paseíllo en compañía de Juan Belmonte. Su último festejo en el coso de Abando -una oreja- ,mano a mano, con Belmonte, aconteció en la Feria Chica de 1920 -trece días antes de que perdiese la vida en Talavera de la Reina. En ocasiones, pernoctaba en Villa de Mena, mas o menos en la actual plaza de Zabalburu, morada del conde de Tilly[1].
- En mayo de 1910, Gallito III, un adolescente de 15 años de edad, se presentó en Vista Alegre, acompañado de Limeño, con quien formaba una cuadrilla de niños toreros; tarde en la que casi se llenó la totalidad del aforo, y consiguió su primera oreja. Un año mas tarde, Gallito” y Limeño retornaron a este mismo coso, tarde en que ambos resultaron premiados con una oreja a pesar del mal juego del ganado.
- Joselito se presentó en Madrid la temporada de 1912; tarde en la que asombró por su facilidad laceando con el capote y toreando con la muleta, así como por la gallardía con que ejecutaba el tercio de banderillas. El sevillano, que ya se encontraba cerca de recibir la alternativa, estoqueó dos nuevas novilladas en Bilbao –los meses de junio y septiembre- siempre acompañado de Limeño, donde, con una muy buena entrada, mostraron sus virtudes, especialmente su compañero de cartel que consiguió una oreja. Joselito ofreció tres faenas completas, deslucidas por el mal uso del estoque. El niño sevillano recibió su bautismo de sangre en su segunda aparición -el 1 de septiembre de 1912. Esta tarde, el utrero Escribano de Gama, hirió al pequeño de los Gallo en un brazo en el momento, en que muy confiado, intentaba saltar la barrera, dejando los seis utreros para su compañero de aventuras, quien ofreció un lamentable espectáculo. El público en principio se enfadó aunque a medida que transcurría la lidia, acabó tomando a chufla la escasa pericia del novillero.
- El 28 de septiembre de este mismo año (1912), Joselito El Gallo alcanzó el grado de matador de toros en la Maestranza de Sevilla. El 31 de julio de 1913, se presentó ya en el escalafón superior en Vista Alegre, -Antonio Fuentes y Cocherito-, con motivo de la corrida de la Asociación de la Prensa bilbaína; tarde, que con los tendidos llenos, se resume en los dos trofeos con que fueron premiados cada uno de los actuantes. Joselito, desde el centro del ruedo, ofreció con la pañosa una bella faena que los aficionados recibieron con un gran entusiasmo especialmente, tras colocar tres grandes pares de rehiletes: uno al cuarteo y dos al quiebro, en su única actuación en Bilbao, esta temporada.
- Las combinaciones de las Corridas Generales de 1914 tuvieron como principal atracción los nombres de Gallito y Belmonte. El resto de los espadas eran meros comparsas, con excepción de Cocherito, que seguía siendo imprescindible en la plaza de su tierra. Joselito actuó nada menos que tres tardes consecutivas. La revista del ABC resumió el resultado de estas corridas, que comenzaron con un gran escándalo. Sí la primera actuación de Belmonte fue escandalosa, la que protagonizó Joselito -la segunda tarde-, no le fue a la zaga. Gallito tuvo que esperar al segundo festejo del ciclo, en el que colocó tres soberbios pares de rehiletes al quiebro, a los que sumó una magnifica faena de muleta, que resumió el ABC:
- “Joselito se va solo al toro, y llega despacio y alegrando hasta la cara, y, sin desplegar la muleta, de un pase cambiado muy ceñido; sigue toreando por naturales magníficos, y siempre con la izquierda, da dos pases de pecho y otros de rodillas, que emocionan y entusiasman”[2].
- Esta gran actuación de “Gallito”, terminó con una grave cornada en el pecho en el momento de entrar a matar tras quedarse colgado de los pitones de la res.
- Joselito Gómez no toreó en Vista Alegre el curso de 1915. Por el contrario en 1916 firmó algunas de sus mejores actuaciones en este ruedo; en las que sumó nueve orejas- una el 2 de mayo y ocho en las Corridas Generales. La corrida del mes de Mayo sirvió para presenciar un acontecimiento único en la historia de este escenario taurino: un mano a mano entre “Joselito” y Belmonte. Aunque hasta el quinto turno no se pudo admirar las autenticas cualidades de Gallito, quien realizó unos quites muy vistosos, puso tres pares de banderillas muy artísticos y sentó cátedra moviendo la franela tal como lo reseño el ABC:
- “dando tres pases naturales sin moverse del sitio, que enloquecieron a los aficionados. “Después…!el delirio! Pases por alto, de pecho, de rodillas, molinetes… Con el Publico de pie, entusiasmado, no cesaba de aplaudir a Joselito, quien, para poner digno remate a esta memorable faena, cobro un estoconazo, estupendo, que hizo innecesaria la intervención del puntillero”[3].
- En el ciclo agosteño, “Joselito” toreó hasta seis tardes, la ultima catalogada de extraordinaria. La columna vertebral del abono la formaron Joselito y Cocherito de Bilbao, anunciados cuatro tardes. El gran acontecimiento de la temporada sucedió en la primera corrida, en la que ya en sus primeros compases se adivinó la predisposición de Joselito, frente a un toro de Pablo Romero, y así lo reflejó Gregorio Corrochano:
- “Se disponía Cantimplas á banderillear, y, ya con el viaje iniciado, le detuvo en el camino José. Quería banderillear el maestro. Respiraremos; esto era algo, mucho, que Gallito siempre está bien con los toros que banderillea. Así lo entendió todo el publico que, sacudiendo la modorra, se dispuso a observar, como si entonces empezara la fiesta. Igualó, preparó al toro, retrocedió desafiando para fijarle bien, y luego, paso a paso, erguido, esbelto, sereno, le entró tres veces a banderillear, clavándole tres pares soberanos, finísimos; dejomé mas sabor en el ultimo, porque el toro se le arrancaba mas fuerte y él lo aguanto valiente. Después cogió Gallito la muleta. El toro que hizo una preciosa salida de toro bravo, poniendo las manos en la barrera persiguiendo a un peón” (…)” Como verán ustedes, Gallito ha rectificado en estas dos ultimas corridas de Bilbao, y ha incluido en su programa la suerte de matar[4]”.
- Hasta, que llegó la corrida de los Miura -ganadería que retornaba a Bilbao-, a la que Joselito cortó tres trofeos, que fueron magnificados por el mismo Corrochano[5]:
- “Y llegamos a Gallito. Ha ocurrido en Bilbao lo que en todas las plazas de España. Fulano da la estocada. Mengano da la verónica, este hace una cosa; el de más allá otra, y, al final, a la hora de liquidar, el saldo es siempre a favor de Gallito. Ni que toree para arriba, ni que toree para abajo, ni que le echen un becerro, ni que le suelten un toro, al final Gallito, el amo”
- ”Y la de hoy ha sido una tarde definitiva. Estoy por decir que nunca he visto a Gallito tan valiente”
- “Por eso hoy, cuando en la corrida de Miura le vi hacerlo todo, banderillear como Fuentes, doblar a lo toros con la muleta juntándole el hocico con el rabo, envalentonarse cuando le achucho el ultimo toro…”
- “Le había puesto tres pares de banderillas llegando despacio y valientemente a la cara. Se los había puesto en un círculo del tamaño de un duro, que sabido es que no hubo banderillero que igualara los pares como este banderillero. La plaza ardía en entusiasmo. Salió a matar. Dio un pase ayudado y uno natural hasta quebrarse la cintura. Sigue por ayudados, por ambos lados, muy cerca, metiéndose encima del toros…”
- “José, valiente, rabioso, encorajinado al pensar que, a él, un toro, por muy Miura que sea, no pudo engañarle ni burlarle, se arrodilla, abofetea al toro, le tira de los cuernos, obligándole, sin levantarse, a tomar la muleta, y cuando se cansa de desafiarle, de darle puñetazos, cuando lo tiene hecho un guiñapo y el toro esta asustado, avergonzado y arrepentido de haber dado lugar a aquello, se levanta José, entra valientemente a matar y le planta una estocada de las que al instante dobla el toro”.
- Todavía en la cuarta del abono, Joselito conseguiría cortar dos orejas de un Murube con extraordinaria brillante.
- En estos momentos los aficionados bilbaínos veneraban a Joselito tras sus repetidos triunfos en las ferias de mayo y agosto. De manera que, el 22 de octubre de este mismo año, se organizó un festejo extraordinario, en el que José Gómez estoqueó en solitario siete toros de Vicente Martínez, los cuales resultaron mansos de solemnidad, salvo el corrido en sexto lugar – de nombre “Beato”- que permitió a Joselito estampar un hito insuperable, según el relato que nos dejó escrito Emiliano Uruñuela en su libro La Dama Taurina de Abando:
- “Nada menos que nueve naturales con los pies clavados en la arena, girando sobre la punta de los talones, cadenciosamente, embebiendo al animal en las bambas de sus mágica pañoleta, que parecían en la unión serena y sublime de torero y toro, dejar esculpida la mejor obra que un gran escultor puedo hacer de una faena torera. Un pase de rodillas en tierra, un afarolado de pura esencia “gallista”, cuatro sentado en el estribo, ejecutado con arte, valor y serenidad, y como esplendoroso epilogo a la formidable faena, un inmenso volapié, hundiendo la espada hasta los gavilanes, y un certero descabello. Y al finalizar la escena de esta admirable sinfonía de la faena, el clamor unánime de un publico totalmente entregado al arte y sabiduría de maestro de la Tauromaquia”.
- Un rabo de premio
- Las Corridas Generales de 1917 -con doce orejas- fueron seguramente las mejores de la historia de Vista Alegre. Joselito se anunció siete tardes: dos en mayo, cuatro en agosto, y en una extraordinaria, promovida por la Asociación de la Prensa bilbaína. La primera tarde, Joselito mostró las dos caras de la moneda, midiéndose a toros de Carvajal. Frente a su primer enemigo, realizó una gran faena, en la que brilló con intensidad y cosechó un gran triunfo. La tarde de los Contreras fracasó estrepitosamente. La Corrida de la Prensa – el 31 de julio- unió en el paseíllo a los hermanos Gómez Ortega junto con el bilbaíno “Ale”, aunque solo se pudieron lidiar tres reses por culpa del fuerte aguacero que inundó el ruedo y obligo a suspender el festejo en su ecuador. Frente al único enemigo al que se pudo medir, “Joselito” lanceó a la verónica magistralmente. Con la muleta ofreció una faena muy variada, llena de pases naturales, molinetes, por alto y ayudados colosales, entre ovaciones entusiasticas, antes de arrodillarse y coger con la mano un pitón del bicho, al que dio varios pases de esta manera. Aunque perdió las orejas por pinchar dos veces.
- Entre los días 13 y 19 de agosto de 1917, Vizcaya fue escenario de unos graves conflictos sociales que tuvieron su punto álgido en una sangrienta huelga general. Las Corridas Generales dieron comienzo el día 22. Joselito frente a los toros de Gámero se hizo acreedor a uno de los primeros rabos que se concedían en Vista Alegre, gracias a una gran estocada al volapié con el que puso el punto final a su labor. “Joselito” fue un diestro completo, un dominador de los tres tercios, que banderilleaba, mejor que los mejores rehileteros, y así lo demostró en las Corridas Generales de 1917, en opinión de Corrochano[6]:
- ”…hizo una excelente faena en banderillas: le puso los tres pares, al quiebro el primero, dejando llegar, recreándose en sentir los cuernos en los alamares; el mejor par el quiebro que he visto. El segundo no me gusto; entró el toro mal. El tercero fue de gran novedad; fue un doble quiebro, lo que pudiéramos llamar con mas propiedad un cambio, porque se desvió el toro por la derecha, y le dio la salida y clavó por la izquierda”
- Corrida patriótica
- En la primera corrida agosteña de este mismo año, Joselito, puso la nota patriótica al brindar un toro a los soldados en los tendidos, tras un gran tercio de banderillas, tal como quedo reseñado en las paginas del ABC:
- “…un soldado le echo el gorro. Joselito, que, aunque de cuota, es soldado, se acordó del cuartel, se puso el gorro, se lo quito, se lo puso al toro, y unas veces de pie y otras de rodillas, toreó con mucho lucimiento, con mucha alegría, haciendo las delicias de los soldados, que gritaban entusiasmados. ¡Viva España!, gritó un espectador, y el grito fue unánimemente contestado por toda la plaza, que apesumbradamente, triste hasta entonces, sonrió de jubilo” (…) “Un elogio “Gallito”, porque ha cambiado el cariz que presentaban este año las corridas de Bilbao. Mañana con miuras y con la entrada de Belmonte en el cartel, empezaran definitivamente las famosas corridas de Bilbao[7]”
- El año taurino de 1918, se inició con la feria chiqui del mes de mayo, en la que de nuevo participó Gallito. Sus únicas actuaciones en el ruedo de Bilbao esta temporada. La primera tarde pasearon Cocherito, Joselito y Saleri, que llenaron la plaza hasta la bandera; tarde en la que, una vez mas, triunfó en toda la regla, el diestro sevillano; pues primero colocó un monumental par de banderillas, repetido con un segundo viaje de dentro a fuera, y dos mas arrancando desde el estribo hacía los medios, a menos de dos metros de la cara del astado, que le obligaron a saludar al respetable. La faena de muleta, muy adornada, la desperdició por pinchar con la espada tres ocasiones seguidas.
- En 1918 “Joselito” y Belmonte no acudieron a las Corridas Generales bilbaínas. Belmonte porque se puso enfermo cuando ya se encontraba en la Villa, lo que desbarató los planes de la Junta, que se vio obligada a sustituirle por Torquito, con quien actuó la cuadrilla del trianero. Cuatro de las cinco Corridas Generales de 1919 contaron con el concurso de Gallito.; quién no se dejaba ganar la pelea por nadie, de manera que a un toro de Miura, le consiguió cortar una oreja, a pesar de corresponderle el peor lote:
- “…a este toro le domino Joselito enseguida. Para ello no tuvo que hacer mas que estar cerca y valiente y no dejarle de la mano. A los pocos pases se arrodillaba y andaba a bofetadas con el toro. Allí no había más Miura que Gallito”.
- La temporada de 1920, “Joselito” hizo el paseíllo en Vista Alegre con motivo de la feria de mayo. En la primera ocasión, cortó su ultima oreja en este coso (Joselito, Belmonte, Belmontito y Sánchez Mejías), a un toro de Pérez Tabernero.
- La década de los años veinte se inició con la muerte de “Joselito”. Todo terminó el 16 de mayo, cuando solo contaba 25 años de edad. Juan Belmonte se quedó solo, y los aficionados huérfanos. Corrochano ofreció el análisis correspondiente:
- “Belmonte es el solitario del toreo. Cada tarde se encuentra más solo, cada tarde recuerda mas al compañero muerto, que al faltarle le ha sumido en esta viudez artística”.[8]
- [1]“Tilly, fino animador de aquel Bilbao y mecenas en lo taurino, obsequiaba durante las semanas de nuestras “corridas generales” a un florido grupo de elegantes de Madrid”. Alejandro de la Sota. Cuando Guiard llamaba fiera a Lagartijo. Editorial Vasca. Madrid.
- [2] ABC. Jueves, 20 de agosto de 1914.
- [3]ABC. Miércoles 3 de mayo de 1916
- [4] Gregorio Corrochano. ABC, miércoles 23 de agosto de 1916
- [5] Gregorio Corrochano. ABC, jueves 24 de agosto de 1916
- [6]Gregorio Corrochano. La Edad de Oro del Toreo. Espasa y Calpe
- [7] Gregorio Corrochano. ABC, jueves, 25 de agosto de 1917.
- [8] Gregorio Corrochano. ABC, martes, 24 de agosto de 1920.