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Hospitales de sangre o cuarteles (Guía de hoteles durante la Guerra Civil, 1936-1939)

Hospitales de sangre o cuarteles

(Guía de hoteles durante la Guerra Civil, 1936-1939)

 

“Demasiado bueno (Hotel Gaylord) para una ciudad sitiada».[…] «El lugar le pareció demasiado lujoso; la comida, demasiado buena para una ciudad sitiada, y la charla, demasiado cínica para una guerra”.

Ernest Hemingway

 

Por todas partes se abren de repente las puertas de los balcones (Hotel Florida) que rodean la fuente acristalada. Hombres y mujeres a medio vestir huyen precipitadamente de las habitaciones del frente, arrastrando maletas y colchones hacia las habitaciones traseras”.

John Dos Passos.

 

Se ha convertido (Hotel Palace) en el primer hospital militar de Madrid. He estado en la sala de operaciones, que antes era su salón de lectura. En el vestíbulo se apilan las camillas ensangrentadas, pero esta tarde está muy tranquilo. Las estanterías imperio que antes contenían libros para que los leyeran los huéspedes del hotel, se utilizan ahora para guardar las vendas, agujas hipodérmicas e instrumental quirúrgico, y hay focos brillantes en los candelabros de cristal tallado para facilitar las operaciones. La enfermera de guardia me habló de los hombres de la sexta planta y subí a verlos. La habitación era muy soleada”.

Martha Gellhorn

 

Ni una habitación libre en el Gran Hotel. Todas estaban reservadas para los oficiales aliados. A duras penas se permitía a los extranjeros que comieran allí”.

Jean Alloucherie.

 Antonio Fernández Casado

Editorial La Cátedra Taurina

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