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La Cátedra Taurina: El Doctor Anás, revistero taurino de Bérmeo

El Doctor Anás, escritor taurino de Bérmeo

Son numerosos los vascos que han ejercido la revista taurina cuando esta sección era una de las más valoradas de la prensa cotidiana. Sobre todo, cuando la fiesta de los toros era el principal espectáculo de masas. Entre todos estos especialistas autóctonos, sobresale el guipuzcoano Antonio Peña y Goñi, una autentica eminencia de las letras taurinas y musicales. Otro no menos polémico personaje del mismo gremio fue el irunés, Aureliano López Becerra Desperdicios. Y que decir del prestigio cronista taurino Luis Uriarte Don Luis, y en años no muy lejanos de Javier de Bengoetxea Tabaco y Oro (solo su descripción de los colores de los vestido de torear merecería un tratado).  Aunque el escribano vizcaino que realmente más sorprende es el hijo de Bérmeo: Victorio de Anasagasti y Algán El Doctor Anás.

 

La Editorial La Cátedra Taurina acaba de reeditar el primero de los seis libros de temática taurófila de este autor vizcaíno, ‘El Chiquito es Grande’, que vio la luz por primera vez en 1916; segundo folleto de una serie monografica dedicada a la Tauromaquia Vasca. En esta obra, Anasagasti denuncia las numerosas injusticias que tuvo que soportar, por parte de las empresas y de la afición, que no reconocía su valor espartano, el matador de bilbaíno, Rufino San Vicente El Chiquito de Begoña. En este libro, Victorio no solo escribe acerca de la fiesta de los toros, sino que se adentra a través de los procelosos terrenos relacionados con la antigüedad de la fiesta en Basconia, y las celebraciones correspondientes a las plazas de toros y plazas de Bérmeo, Mundaka, Gernika…: Al mismo tiempo que defiende como correcto el adjetivo de vizcaíno como sinónimo de vasco.

 

Nacido en el seno de una humilde familia bermeana, Anasagasti se estableció en Madrid a finales de siglo XIX, donde los años siguientes publico varios libros de materia taurina de gran originalidad: ‘El Secreto de Belmonte’ (1915); ‘Los Ojos del Toro’ (1916), en el que intentaba analizar las “nuevas orientaciones tauromáquicas” y el comportamiento de los toros en función de su visión; ‘México Conquista las Libertades’ (1918), que se aleja de la especialización taurófila; ‘La Mala Estrella’, tratado que tildaba de  “necrológica torera”  y “Todos contra Uno”. Por suerte, mayor reconocimiento publico  tuvo su hermano Teodoro que se convirtió un arquitecto vanguardista de gran éxito.

 

Antonio Fernandez Casado

Autor del libro, ‘Diccionario Taurino Guipuzcoano

(De la plaza de toros de Arrasate el torero pintor Ignacio Zuloaga)’ y ‘Toreros de Hierro “’

martes 4 de marzo de 2014