La Ola de la Txalaparta, obra de Ibarrola, de Renfe & Adif
Pocos artistas han sido tan imaginativos como Agustín Ibarrola, especialmente con sus obras relacionadas con la naturaleza. No es el objetivo de este escrito recordar su extraordinario ‘Bosque de Oma’, ni los ‘Cubos de la Memoria’ expuestos permanentemente en de Llanes (Asturias), ni recomendar la visita a su monumental trabajo en los montes de Muñogalindo (Ávila). No, lo que pretende este escrito es refrescar la memoria de sus seguidores con uno de sus trabajos realizados para Renfe &Adif. Hace casi medio siglo, Ibarrola nos enseñó como las ancestrales traviesas de los caminos de hierro se podrían reconvertir en esculturas y exhibir en espacios públicos. En 1988, Renfe &Adif encargó al escultor vasco una de sus obras más representativas, realizada con traviesas de ferrocarril, para su exposición permanente en los exteriores de la madrileña Estación de Chamartín, titulada: ‘Ola de Txalaparta’, colocada sobre un autentico tramo de vía ferrea. Y allí sigue la escultura ferroviaria. El problema es el estado en que se encuentra…: abandonada, medio rota, sin el menor mantenimiento, desaparecidas algunas de las 54 pequeñas varas de avellano que unen entre sí las traviesas, sin revestir de un protector de la madera, sin el colorido que en su día la resaltaba…¡Una autentica vergüenza! Parece mentira la falta de sensibilidad de los directivos de Renfe &Adif, de ahora y antes. Y eso que tienen sus oficinas centrales allí mismo ¿Tan difícil es llegar a un acuerdo con la Facultad de Bellas Artes para que sus alumnos realicen el mantenimiento de la Txalaparta cada cierto tiempo?
Antonio Fernández Casado
Octubre, 2016-10-15