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La Cátedra Taurina: Cuadrillas de señoritas toreras

 

La Cátedra taurina

 

 

Cuadrillas de señoritas toreras

El oficio de lidiar reses bravas, a lo largo del siglo diecinueve, fue una profesión que practicaba un amplio elenco de aspirantes del género femenino. Así, a finales de 1894 la revista El Enano informaba de la presentación de una Cuadrilla de Señoritas Toreras Catalanas, que promovía el administrador de la plaza El Toril; a su vez, escritor y fundador de la revista barcelonesa El Toreo, Mario Armengol Verduguillo.

 

Este grupo de jóvenes muchachas, a quienes también se conocía como Las Noyas, se presentó en el coso catalán el 3 de marzo de 1895 con los tendidos totalmente abarrotados de espectadores y el redondel excepcionalmente acondicionado con burladeros.

 

La cuadrilla de jóvenes catalanas estaba formada por Lolita Pretel (vestida de verde y oro, de dieciséis abriles, y barcelonesa de nacimiento), Providencia Jornaler La Noya (de grana y oro, de diecisiete primaveras, originaria de Vinaroz; quien se retiró tras el finalizar la quinta función), y la sobresaliente de espada, Angelita Pagés (vestida de tabaco y oro, barcelonesa y de diecisiete abriles de edad). La cuadrilla de subalternas la completaban Julia Carrasco (de diecisiete inviernos y natural de Játiva), las hermanas Rosa, Encarnación y Justa Simó (vecinas de La Barceloneta que habían abandonado el oficio de zurcidoras), María Pagés, Josefa Mambea Jana (nacida justo en la frontera entre Francia y Gerona) e Isabel Yerno.

 

 

El mismo mes de marzo se presentaron en Madrid. En la primera temporada en activo, las dos matadoras sumaron 45 actuaciones, en la mayoría de las cuales consiguieron agotar la mayor los boletos que se ponían a la venta. En la temporada de 1902 las carreras de las hermanas Pagés se bifurcaron en dos cuadrillas distintas: la primera liderada por Lolita Pretel y Emilia Herrera Herrerita, y la segunda por Angelita Pagés. Con posterioridad, Lolita se reconvirtió en rejoneadora, profesión que practicó hasta el curso de 1906, cuando a consecuencia de ciertas campañas antitaurinas el gobierno prohibió torear a las mujeres. Por su parte, su parte su contrincante, Angelita Pagés, se casó con el novillero Eduardo Serrano Gordet, que había formado parte de su cuadrilla. Residente en Barcelona, tras cortarse la coleta, nunca más concedió una entrevista a la prensa.

 

Según Raúl Felices, el mismísimo Rafael Guerra Guerrita se negaba a comparecer en las plazas de toros en las que previamente hubieran actuado las cuadrillas de señoritas estoqueadoras. De acuerdo con una información divulgada por el diario La Época, una corrida de novillos, oficiada el domingo 15 de septiembre en el ruedo de Madrid, estuvo a punto de suspenderse ante la negativa de los primeros espadas, Oruga y Bebe Chico, a compartir el paseíllo con las novilleras catalanas.

 

Antonio Fernández Casado

www.editorialacatedra.com

 

domingo, 13 de julio de 2014