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Antiguos bares taurinos de Bilbao

Antiguos bares taurinos de Bilbao

(Brindis al aficionado Jesús Martín Martínez)

 

La calle bilbaína de San Francisco, en la que nacieron varios matadores de toros y novillos bilbaínos, entre ellos, los hermanos Agüero (Martín, Josetxu y Manuel), los días que se anunciaban festejos taurinos en Vista Alegre, sus bares y merenderos, mucho de ellos punto de cita y tertulia de los aficionados a los toros, se abarrotaban con la presencia de los aficionados provenientes de la provincia, sobre todo, los que llegaban a la estación de Atxuri, y en los autobuses que aparcaban detrás del Teatro Arriaga, justo enfrente del Club Cocherito.

 

Uno de los más famosos era el Bar Heredia(C/San Francisco), sede de los partidarios de Serafín Vigiola Torquito,y, posteriormente, del también primer espada, Joselito Martín. El periodista y político riojano, Cesar Jalón Clarito[i], definió con precisión la clientela que frecuentaba este local: “…en la típica taberna de Valentín Heredia, por donde desfilaba toda la toreria en agraz y toda la afición, joven y madura, abonada a las localidades populares: la que grita en la calle y en la plaza”. El propietario del Heredia ejercía de animador de todo tipo de actividades lúdicas que acogía la Villa de Bilbao, como el football, el boxeo o los toros.

 

No muy legos de allí se podía acceder al Bar Pablito (Al lado del colegio de los Claretianos), el cual completaba su ornamentación con fotos de todos los toreros vizcaínos, y ambientación musical de aires flamencos, incluidos los pasodobles taurinos, salidos de una rustica gramola.

En su vecindad se encontraba la legendaria Taberna de Lecumberri(San Francisco), propiedad del único rejoneador nacido en el botxoy, lugar de encuentro de los casheros azpeitarras que acudían a los toros. En su decoración, sobresalían los azulejos que adornaban sus paredes que inmortalizaban fotográficamente los rostros de Juan Belmonte, Joselitoy Martín Agüero, entre muchos otros. Incluso, el mismísimo Martín Agüero, en los años cuarenta, regentó un conocido restaurante, en su calle natal.

 

En una de las calles transversales abría sus puertas la Taberna de Mesanza (C/Zabala), una tasca centenaria tan taurina, que ampliaba su espacio físico a costa de los bajos de la vivienda en la que había nacido el banderillero Morenito de Zabala.

Y, no muy lejos de allí, la Tasca de Paloca (C/ Achuri, al final de la calle Miraflores), era el lugar donde se podía degustar las primeras copas del día, cuando se accedía a Bilbao en automóvil a través del puente de San Antón. Esta celebre local era propiedad de un tal Sr. Vega, a quien ayudaba en la gestión del negocio su hijo, Daniel, espectador habitual de los festejos que acogía Vista Alegre, desde la época en que comenzaron a vestir de luces Cocherito de Bilbao y Lunares, tema de una famosa canción recogida por Orueta en sus memorias.

Otro escenario taurinísimo, el Bar Otxoa (C/ Bailen), acogía la presencia de multitud de visitantes de los pueblos vizcaínos y de otras ciudades cercanas, especialmente los días de las Corridas Generales.


[i]Cesar Jalón “Clarito”. Memorias de Clarito. Guadarrama Editorial